En un estudio para el Journal of the American Dietetic Association (Story, et al), los investigadores analizaron las causas de los comportamientos alimentarios poco saludables de los adolescentes, ¡y son muchas! Estas son algunas de las causas
- el rápido crecimiento implica unas necesidades calóricas y nutricionales elevadas
- saltarse el desayuno se convierte en una práctica habitual
- muchos adolescentes se vuelven menos activos físicamente
- los niños comen más fuera de casa
- existe una necesidad de aceptación por parte de los compañeros
- la familia tiene unos horarios muy apretados
- la comida basura es cómoda
- la comida basura tiene un buen sabor
- la comida basura se publicita mucho entre los adolescentes
- los adolescentes asocian la comida basura con el placer estar con los amigos, ganar peso, independencia, culpabilidad, asequibilidad y comodidad - se ve como algo normal
- los adolescentes asocian la comida sana con las comidas familiares y con comer en casa, y el hecho de que les guste la comida sana se ve como una rareza
- las cenas familiares disminuyen en muchas familias a sólo unas pocas veces a la semana
Sus intentos de abordar el comportamiento reflejan los resultados de otros estudios (Scaglioni, et al). Los investigadores descubrieron que restringir lo que los niños pueden comer funciona a corto plazo, pero a largo plazo aumenta la ingesta de alimentos, incrementa la alimentación en ausencia de hambre, dificulta la capacidad de autorregulación, provoca una autoevaluación negativa y contribuye al aumento de peso en niños de 5 a 11 años. Presionar a los niños para que coman también fue improductivo. Los estudios en los que se premiaba a los niños con atención positiva por comer alimentos saludables también tuvieron efectos negativos a largo plazo en la calidad de la dieta de los niños y en su preferencia por esos alimentos.
Las sugerencias que surgieron de los estudios son las que cabría esperar:
- ser un modelo de alimentación saludable
- comer juntos
- no obligar a los niños a terminar una comida cuando digan que están llenos
- elegir bien los alimentos para la familia y poner reglas sobre dónde se pueden comer - que sean reglas para la casa y no reglas para el niño
- elegir una amplia variedad de alimentos ricos en nutrientes - la elección es importante - le da al niño el control
- limitar el tiempo de televisión/videojuegos a 2 horas/día
- hacer que los alimentos saludables sean convenientes - palitos de zanahoria en lugar de zanahorias enteras, tazón de frutas picadas en lugar de frutas enteras - y dejar que coman todo lo que quieran
- recordar que necesitan comer mucho, y eso significará un equilibrio de grasas, carbohidratos y proteínas, no sólo palitos de zanahoria. Como has apuntado, necesita sentirse llena.
Hay otros estudios que analizan las causas emocionales de la mala alimentación entre los adolescentes. En un estudio (Snoek, et al), los investigadores descubrieron que “niveles más altos de alimentación emocional por parte de los padres estaban relacionados con niveles más altos de alimentación emocional de los adolescentes”. Los niveles elevados de control psicológico y conductual sobre los adolescentes también se asociaron a niveles más altos de alimentación emocional. Esto sugiere que tal vez no se trate de la comida en absoluto, sino del estrés que percibe el niño y, posiblemente, del modo en que se modela el manejo del estrés en la familia. Una continuación de este estudio (van Strien, et al) analizó la alimentación emocional y la depresión en adolescentes que podría ser genética.
Por lo tanto, si una tabla de alimentos sanos, convenientes y sin restricciones no ayuda, es posible que desee abordar o aliviar las otras tensiones en la vida de su hijo que podrían estar contribuyendo a la alimentación emocional.
Cada uno de estos estudios citados se enmarca en el contexto de muchos otros estudios similares que se citan internamente. Pueden estar disponibles en su biblioteca local o a través del préstamo interbibliotecario de una biblioteca universitaria cercana.
Citas:
Story, M., Neumark-Sztainer, D., & French, S. (2002). Individual and environmental influences on adolescent eating behaviors. American Dietetic Association.Journal of the American Dietetic Association, S40-51.
Silvia Scaglioni, Michela Salvioni y Cinzia Galimberti (2008). Influencia de las actitudes de los padres en el desarrollo de la conducta alimentaria de los niños ](http://journals.cambridge.org/download.php?file=/BJN/BJN99_S1/S0007114508892471a.pdf&code=241b97fa0131f7d95e74d9e8bd98cb77). British Journal of Nutrition, 99, pp S22-S25.
Harriëtte M. Snoek, Rutger C.M.E. Engels, Jan M.A.M. Janssens, Tatjana van Strien, Parental behaviour and adolescents’ emotional eating, Appetite, Volume 49, Issue 1, July 2007, Pages 223-230, ISSN 0195-6663, 10.1016/j.appet.2007.02.004.
Tatjana van Strien, Carmen S. van der Zwaluw, Rutger C.M.E. Engels, Emotional eating in adolescents: Un análisis de la interacción gen (SLC6A4/5-HTT) - sentimientos depresivos, Journal of Psychiatric Research, Volume 44, Issue 15, November 2010, Pages 1035-1042, ISSN 0022-3956, 10.1016/j.jpsychires.2010.03.012.